Escrito por Alberto Riera, [[C|-|E]].
Ficha técnica.
Género: shoot´em up 2D (1 jugador).
Año de publicación: 1987.
País de origen: Reino Unido de Gran Bretaña.
Compañía: Hewson Consultants.
Programación: Raffaele Cecco.
Gráficos: Raffaele Cecco.
Música: Raffaele Cecco.
Portada: no se cita.
Análisis del juego.
Por alguna extraña razón, el universo siempre ha precisado héroes solitarios. Cuando las cosas van realmente mal, cuando los ejércitos al completo son incapaces de cumplir su cometido y la situación es desesperada, siempre aparece, en algún rincón, un guerrero imbatible dispuesto a sacar las castañas el fuego. Pues bien, el protagonista del título que nos ocupa es precisamente uno de esos seres heroicos y, por si fuera poco, incluso su pasado resulta misterioso y emocionante. Las intrucciones originales del juego, en inglés, describen al soldado protagonista de Exolon como un humanoide diseñado para el combate que va armado tanto con granadas como con un fusil de asalto. Un poco más adelante se nos narra que, en ciertas zonas, nuestro atlético androide puede luchar en su forma original, la valerosa pero vulnerable Victorc (¿?), o bien en la forma Exolon, que comprende la utilización de un poderoso exoesqueleto hidráulico protector y la multiplicación de la potencia de fuego del fusil. Poco más se nos cuenta en el manual del juego, y menos aún en la traducción oficial al español (el programa llegó a nuestro país de la mano de Erbe), que además de estar mal redactada omite la poca información existente sobre el guerrero. A pesar de todo, los chicos de la añorada MicroHobby dedicaron varias páginas al título cuando el programa cruzó nuestras fronteras y aportaron bastante información sobre la trama argumental y el protagonista, no sé si echando mano de su propia imaginación o acudiendo a la propia Hewson. El caso es que, según la revista española, todo sucede en una galaxia muy lejana que ha caído bajo las garras de un terrible dictador. En semejante lugar vive nuestro héroe, Johny, que responde al sobrenombre de Exolon por haber participado en la guerra del año 2543 y seguir aún con vida. Johny es un mercenario sin ningún tipo de escrúpulo que sólo se mueve por dinero y al que los movimientos del tirano le preoupan más bien poco. A pesar de todo, cuando Hasser Booger, general jefe de las fuerzas revolucionarias antidictatoriales, le ofrece una más que importante suma de dinero por penetrar en el cuartel general enemigo (denominado Cecco) la opinión del soldado cambia y se presta voluntario para llevar a cabo la misión sabiendo que, si la culmina con éxito, el triunfo de la revolución será un hecho y, lo más importante, él se hará tan rico que podrá vivir a cuerpo de rey hasta el final de sus días. El caso es que, con independencia de la verdadera trama argumental, nuestro objetivo en este arcade 2D está bien claro: avanzar, pantalla tras pantalla (carece de scroll) arrasando todo lo que nos encontremos en nuesto paso.
La aventura comienza en el momento en que aterrizamos en el planeta enemigo donde, ya desde el primer instante, deberemos disparar a diestro y siniestro para conseguir abrirnos camino a través de las 125 pantallas, divididas a su vez en 5 niveles, que componen el juego.
Para lograr avanzar contamos tan sólo con dos tipos de armas, siendo la primera de ellas un pequeño fusil de asalto capaz de eliminar cualquier forma de vida y también de perforar pequeños blindajes. La capacidad del fusil es limitada, de tal forma que su cargador sólo almacena 99 balas, aunque podremos recoger más a lo largo del juego a medida que las vayamos consumiendo. El resto de nuestro arsenal lo componen una serie de granadas autopropulsadas capaces de fulminar la mayor parte de obstáculos presentes sobre el mapeado, sean estos del tamaño que sean. Tan sólo contamos con 10 pero, al igual que sucedía con las balas, es posible reponerlas.
Las granadas en acción, volando un cohete.
Como decía, la munición es limitada, así que habremos de velar por ella lo máximo posible. Por suerte, existen bastantes contenedores con proyectiles extra a lo largo del mapeado. Cada contenedor, a su vez, puede ser plateado o dorado. Los plateados contienen balas de fusil (99 unidades) mientras que los dorados almacenan granadas (10 unidades).
Los enemigos pueden ser de diversos tipos. Durante nuestro periplo nos toparemos muy frecuentemente con pequeñas formas de vida alien, muy molestas, que pulularán por la pantalla a gran velocidad y deberemos abatir con el fusil. También hallaremos varias clases de misiles de asalto autopropulsados.
Pequeños aliens esféricos, rojos y azules.
Aliens en forma de medusa.
Aliens tipo abeja.
Aliens raros, sin más.
Misiles blancos.
Misiles azules.
Además de los enemigos móviles, existen obstáculos genéricos inofensivos que deberemos eliminar con una granada y elementos hostiles de emplazamiento fijo que a veces resultan indestructibles. Por ejemplo, a menudo veremos pequeños vehículos lanzacohetes que deberemos superar armados de paciencia, avanzando poco a poco a medida que destruímos los proyectiles que van arrojando. En ciertos puntos también habrá módulos de control de misiles, capaces de guiar proyectiles hacia nosotros con mortífera precisión, y en algunos lugares aparecerán martillos neumáticos del suelo capaces de liquidarnos de forma instantánea. El elenco de enemigos inmóviles lo completan los cañones sencillos (de proyectiles pequeños pero letales), los peligrosos campos de fuerza y las minas antipersona sembradas en ciertas zonas del mapeado.
Lanzacohetes de doble cañón.
Lanzacohetes mixto.
Módulo de control de misiles y misil guiado blanco.
Martillos neumáticos (verdes) y antenas inofensivas.
Campo de fuerza y mina.
Aunque la acción y los disparos son un parte fundamental de Exolon, el juego también presenta un componente estratégico importante. En muchos puntos podremos optar por abandonar una pantalla determinada saliendo por su parte superior o por la zona inferior (en el juego no existen escaleras, pero sí hay abundancia de teletransportadores que nos permiten alcanzar áreas que de otro modo serían inaccesibles). De la corrección de estas decisiones dependerá, a menudo, nuestra supervivencia, ya que, en muchas ocasiones, penetrar en una pantalla a la altura inapropiada hará que perdamos inevitablemente los necesarios contenedores de munición o bien nos demos de bruces con enemigos muy difíciles de abatir. Por cierto, que nadie piense en dar marcha atrás para corregir sus errores, porque es imposible. Además, hay zonas en las que deberemos calcular al milímetro nuestros movimientos y saltos, bien para alcanzar determinadas plataformas, bien para esquivar de forma conveniente los numerosos martillos neumáticos.
Teletransportadores.
Busca las diferencias.
Es importante señalar que en algunos momentos nos enfrentaremos tan sólo con enemigos convencionales y, en otros, únicamente habrá obstáculos que deberemos sortear moviéndonos con habilidad, sin embargo, lo más común es que simultáneamente tengamos que afrontar ambas cosas.
Como ya reza el manual de instrucciones, en ciertos puntos veremos una cabina especial donde podremos adquirir el exoesqueleto Exolon, que incrementa el grado de protección frente a ciertos enemigos y duplica la potencia de fuego de nuestro fusil. A pesar de todo, si decidimos vestirlo y acabamos el nivel haciendo uso del mismo, seremos penalizados en nuestra puntuación final. En cualquier caso, yo no dudaría en utilizarlo 🙂 .
Cabina de adquisición de hexoqueleto (magenta).
Exoesqueleto en acción.
Además de todos los obstáculos descritos, aún queda otro factor más capaz de complicarnos, y mucho, la vida: existe un tiempo límite para atravesar cada pantalla. Si superamos el máximo establecido, en el mapeado penetrará un pequeño robot indestructible que provocará nuestra muerte al colisionar contra nosotros. El límite de tiempo al principio no es demasiado problemático, pero a medida que avanzamos en el juego llega a resultar muy ajustado, poniéndonos las cosas bastante difíciles.
Robot a punto de provocar la muerte del héroe.
Finalmente, y si logramos superar todos los peligros del nivel, llegaremos a un punto de teletransporte especial que nos garantizará el acceso a la siguiente fase.
A pesar de su nula originalidad, Exolon es un título destacable donde la mano del gran Rafaelle Cecco se hace notar. Este programa precedió a los clásicos Cybernoid y, de hecho, comparte varias cosas con la primera parte de la saga (Cybernoid, the Fighting Machine), como la paleta de color, algunos sonidos, los sprites de las bombas, los de las pequeñas explosiones, la tipografía y el estilo general de los gráficos. Como se puede apreciar en las capturas, el juego es visualmente brillante a pesar de que el fondo de pantalla resulta totalmente negro excepto por los sprites de dos o tres planetas y algunos píxeles de colores que simulan estrellas. Una vez que se juega, uno se da cuenta de que la elección del color de fondo no fue en ningún momento casual: para hacer más sencilla la programación, los sprites grandes están enmarcados dentro de una superficie rectangular totalmente negra (en vez de ser transparente) que, al fusionarse con el fondo, no se aprecia excepto cuando los enemigos se superponen a estos elementos. En las capturas bajo estas líneas puede observarse el fenómeno sin dificultad.
Las animaciones están cuidadas con mimo, especialmente la de nuestro protagonista, que se mueve como si de un soldado real se tratara (aunque debería hacerlo más rápido). Además, cada vez que las granadas impacten contra algún objetivo, éste estallará en mil pedazos generando una lluvia de «partículas» visualmente muy aparente (tengamos en cuenta que hablamos de un Z80). A pesar de todo, el preciosismo gráfico tiene un precio, y aquí se traduce en la reducción del área útil de juego y sobre todo en las ralentizaciones. Durante una partida normal, el número de sprites, contando enemigos y partículas generadas por las explosiones, puede ser realmente muy alto (quizá superior a 100) y esto hace que, en determinados momentos, la acción transcurra a pedales, lo que dificulta en cierta medida nuestros progresos.
En momentos así la acción se ralentiza.
El área de juego real es algo reducida.
En cuanto al sonido, destacar la música que acompaña al menú inicial del juego, de lo mejorcito en su género. El comienzo de la misma no resulta muy espectacular pero, si se escucha con calma, puede apreciarse su gran calidad. Con todo, yo me quedo con la de los Cybernoid, aunque la de este título es bastante más triste y melancólica y va que ni pintada a la atmósfera solitaria del planeta donde lucharemos. Durante el juego, los efectos acompañan bien a la acción, aunque no son de caer de espaldas. Oiremos las explosiones de los objetos a los que disparemos, el típico «ziiiuuu» al lanzar nuestras granadas, los disparos del fusil (que no suena demasiado bien) y poco más.
Por lo demás, a nivel jugable decir que el título es capaz de ofrecer muchas horas de diversión, aunque resulta realmente difícil. De hecho, terminarlo con las nueve vidas iniciales (más la vida extra que se nos otorga al terminal un nivel) y el limitado arsenal con el que contamos es prácticamente una proeza. Exolon posee un mapeado enorme y se habría agradecido en gran medida la incorporación de un sistema de códigos que nos permitiera comenzar, al menos, en cada uno de los 5 niveles que constituyen el juego, ya que los jugadores pueden sentir pereza y mucha frustración al tener que empezar de nuevo desde cero tras perder todas las vidas.
Si bien el programa tiene muchos pros, no carece de algún contra. Los más importantes ya los hemos citado: inmenso grado de dificultad (no para pasar las primeras pantallas o el primer nivel, pero sí para terminar la aventura) y ciertas ralentizaciones bastante notorias. Además de esto, la pantalla de carga es de muy baja calidad (me imagino que Cecco hizo una común para todos los sistemas) y la música no nos acompaña durante el desarrollo del juego (algo que se corregiría en Cybernoid). Por último, señalar que el final de Exolon dista bastante de ser aceptable, tan sólo se nos obsequia con un «Felicitaciones» y para de contar, una lástima.
Para terminar con los aspectos negativos, comentar que también existen algunos pequeños bugs de programación, aunque son poco notables. Se manifiestan como hundimientos de nuestro guerrero en el suelo, lo que le impide avanzar y combatir apropiadamente. La situación puede resolverse saltando, momento en el cual el protagonista recuperará su altura normal, sin embargo, el fenómeno puede hacernos perder alguna vida. Sólo sucede en dos o tres ocasiones.
Ooops!.
En suma, Exolon es un juego muy interesante y merece la pena jugar con él, aunque sólo sea un tiempo. Es cierto que, tras unas cuantas horas, llega a hacerse repetitivo (el reciclado de enemigos e incluso escenarios completos es intenso durante el transcurso de la aventura) y que quizá debería ser más corto y fácil. También es verdad que las ralentizaciones pueden llegar a ser incordiantes y que la dificultad nos hará desesperar, pero aún así, es un claro exponente de buen hacer y cuidada programación. En años futuros llegarían títulos, sobre todo de la mano de Dinamic, cuyo virtuosismo gráfico y técnico superaría claramente al de Exolon, pero en 1987 no era sencillo encontrar algo mejor.
Finalmente, señalar que existen numerosas versiones del juego: Spectrum, Commodore… e incluso un remake de la época para Amiga y Atari ST. De todas ellas, la más conseguida es la de Spectrum, que muestra unos sprites muy bien realizados y un más que correcto uso de la paleta de color de la máquina, sin apenas baile de atributos. Por lo demás, tanto el desarrollo como la música y los efectos de sonido son idénticos a los de la versión Amstrad. Incluso aparecen las mismas ralentizaciones que en el CPC.
Spectrum.
Spectrum.
Spectrum.
Por desgracia, no se puede decir lo mismo del port de Commodore 64 cuyos gráficos son, directamente, un refrito entre los de Spectrum y Amstrad. De esta manera, el protagonista del juego es totalmente monocromo mientras que los escenarios y resto de sprites podrían describirse como un calco de los de CPC, aunque con una paleta de color mucho menos atractiva. Por lo demás, las ralentizaciones siguen estando presentes y los efectos de sonido son tan sólo un poco distintos a los de Amstrad y Spectrum (que no mejores). La música es idéntica a la del resto de versiones de 8 bits, una verdadera lástima.
Commodore 64.
Commodore 64.
Commodore 64.
Commodore 64.
Las versiones de 16 bits, por su parte, no son un dechado de virtudes. De hecho, resultan peores en términos absolutos que el juego de Spectrum o CPC. Por un lado, el programa de Atari es idéntico gráficamente al de Amiga y, por otro, ambos hacen uso de una de las peores paletas de color que haya visto en la vida. Los sprites tampoco están bien diseñados, se antojan mucho más torpes que los de las versiones de 8 bits, y lo mismo podríamos decir de los escenarios, sosos y aburridos a más no poder. Por si fuera poco, la sensación de profundidad en los mismos brilla por su ausencia, lo que sólo contribuye a crear un panorama confuso donde muchas veces los sprites principales se confunden con elementos decorativos teóricamente muy lejanos en la distancia. Eso sí, el desarrollo del juego se mantiene intacto, las animaciones son bastante más detalladas, no existen ralentizaciones y mejoran notablemente la música (que suena mientras jugamos) y efectos de sonido. Mención especial merece la melodía del Atari ST que, como sabemos, lleva el mismo chip de sonido que nuestro Amstrad. El tono recuerda, en sus samples, a las bandas sonoras de los Cybernoid y no está nada mal.
Amiga.
Amiga.
Amiga.
Atari ST.
Atari ST.
También hay un remake para PC y Mac creado por la mano de Graham Goring y titulado Exolon DX. El juego ya está totalmente terminado y se basa en la versión original de CPC. Puede bajarse directamente de Retrospec y personalmente lo recomiendo para todo aquel que quiera revivir este clásico de la forma más actual posible o para aquellos curiosos que no estén dispuestos a instalar un emulador. Para mí carece del encanto del juego original (a diferencia de otros remakes) pero hay que reconocer que está bien realizado.
Exolon DX.
Exolon DX.
Exolon DX.
Valoración.
Gráficos: 80%
Sonido: 80%
Originalidad y argumento: 20%
Jugabilidad: 75%
Adicción: 85%
Valoración global: 80%.
Portada y manual.
Aún no disponibles.
Mapa en alta resolución.
Truco.
Si nada más cargar el programa redefinimos el teclado y escribimos la palabra «ZORBA» obtendremos vidas infinitas (nos lo indicará una pequeña melodía). Después, ya podremos volver a definir las teclas como queramos para jugar.
Gracias, Hilari, por recordarme el truco ;-).
Descargas.
Puedes descargar el juego desde T.A.C.G.R
Jod…er.. con el pedazo de artículo que has creado!! :O
Ya lo miraré detenidamente, y sí, la peor versión 8bits es la C64 😦
Me alegra que te guste :D. Aún quedan unos cuantos análisis por subir de la vieja página.
La verdad es que con la versión de C64 no estuvieron muy allá, es lo que pasa con los ports casi directos que se hacían de unos ordenadores a otros por aquella época. El Amstrad salió muy perjudicado con el asunto frente a su hermano el Spectrum y el MSX no digamos :).
Es un juego muy bien realizado, añadiria que si escribes la palabra zorba cuando defines las teclas suena una musiquilla, que quiere decir que te da vidas infinitas.
Pues sí, ¡se me olvidó poner el truco!. Luego lo añado al final del todo. Gracias 🙂
Mi madre! Gran artículo, dan ganas de cogerlo, aunque me gustaba más el Venom Strikes Back, que era «parecido».
Es que el Venom es un juegazo. No tiene el colorido de Exolon pero el desarrollo es mucho más complejo, las animaciones tremendas y los gráficos están en alta resolución. Algún día habrá que dedicarle un artículo a él sólo :-D.
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